sábado, 11 de junio de 2011

127.- Puesta bajo la vigilancia de la policía

Las autoridades de Aulnay me hicieron notar su gran enfado porque no me presenté con el hábito religioso. “Usted debía haber cogido un carruaje para venir desde la estación. El señor párroco habría cerrado los ojos, como le habíamos escrito”.

–Muy bien. Pero yo, por principio, tengo la costumbre de actuar con franqueza y en pleno día. Retomaré mi santo hábito a su tiempo y en su lugar.

–Usted nunca lo retomará, me respondieron.

–Veremos.

Aseguran que había sido preparado un golpe magnífico por si llegaba a Aulnay vestida de religiosa. El cura habría cerrado los ojos para no ver nada... y el señor Alcalde o el vice-alcalde se debían encontrar a mi paso para despojarme públicamente y tratarme de rebelde. Rebelde, ¿contra quién? Yo no he recibido ninguna orden de no llevar el hábito.

Todo se sabrá y se descubrirá a todos los que pretenden adueñarse de la Obra. “Veremos”, es siempre mi estribillo. Veremos si Roma juzga sin escuchar.

Todo esto me asemeja cada vez más al Divino Maestro: puesta bajo la vigilancia de la policía. “Jesús puesto en el rango de los malvados”; se me prohíbe llevar el hábito religioso. “Jesús despojado de sus vestiduras”. Sólo queda la condena a muerte y una muerte infame.

Para quedarse tranquilamente y gozar de la posesión de la casa bastaría con probar que estoy loca. Y el organizador de todo esto no hace ninguna gestión al respecto porque le han dicho que sólo mis familiares pueden hacerlo, pero no entiendo qué interés pueden tener.

Todos estos hechos, estas hermosas ideas, aparecen desde el momento en que la vidente me declaró incapaz de ser superiora y nombró a quien según ella sabe arreglárselas mejor, apoyada por las autoridades competentes. Yo estoy segura de que Dios me purifica con estas pruebas casi inimaginables y que nuestra santa misión se extenderá y se establecerá sobre los fundamentos de la contradicción y el sufrimiento, los cuales llegan porque ella es agradable a Dios. ¡Fiat!”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario