sábado, 5 de febrero de 2011

30.- La galaxia eucarística y su núcleo

La Fundadora quería formar una especie de ejército de la Reparación en el que hubiera almas eucarísticas que adoraran a tiempo pleno, y almas que adoraran a tiempo parcial. De esta forma llegan a reunirse en torno al Santísimo cuatro categorías de adoradores, ordenados en cuatro círculos concéntricos.

Partiendo de los más alejados del altar están:

1) Los asociados al movimiento de Reparación, los cuales están unidos sólo a través de la oración.

2) Los benefactores, que tienen que hacer alguna ofrenda, al menos la de una Misa anual.

Estas dos categorías, evidentemente, están compuestas por bautizados que adoran a tiempo parcial. Sin embargo, las dos categorías siguientes están compuestas por bautizados que quieren adorar a tiempo pleno:

3) Reparadores libres que, privadamente o por un tiempo limitado, hacen algún voto requerido por el movimiento de Reparación.

4) Finalmente, los Hijos e Hijas de Jesús Redentor y María Reconciliadora, los cuales, para dedicarse mejor a la Obra Reparadora, emiten tres votos:

Primero: voto de obediencia a las Constituciones.

Segundo: voto de abandono a los Sagrados Cora­zones de Jesús y de María.

Mediante este voto los Hijos e Hijas de Jesús Redentor y María Reconciliadora se despojan de todos los méritos y los ofrecen a los Sagrados Corazones para la conversión de los pecadores y el sufragio de las almas del Purgatorio.

Tercero: voto de devoción a la cátedra de San Pedro. Esta obra, que se presenta como un vasto movimiento que debe conquistar el mundo católico entero, necesita de un núcleo dinámico que lo estimule, lo organice y lo dirija. En el pensamiento de la Fundadora el núcleo central de esta galaxia de almas reparadoras está constituido por las religiosas que están siempre en primera línea entre las almas dedicadas a la Adoración Eucarística a tiempo pleno.

Al lado de estas religiosas, que viven intensamente la vida de comunidad y el espíritu de comunión, colaboran las religiosas libres. Según el pensamiento de Madre Le Dieu estas hermanas libres dan vida a una institución que está a mitad de camino entre la tercera Orden de los religiosos y los Institutos seculares modernos. Para integrarse en este grupo de religiosas libres no existen obstáculos ni de salud ni de edad; ancianos y enfermos pueden vivir intensamente, y quizá mejor que otros, el espíritu de almas reparadoras. Las religiosas libres pueden vivir en residencias con horarios flexibles que, mientras son lugares seguros para la salud, ofrecen todas las facilidades para una vida devota que se centre en la Adoración Reparadora ante Jesús Eucaristía. Para estas religiosas libres Madre le Dieu tiene expresiones que parecen dictadas directamente por el Sagrado Corazón: “Venid, hermanas, refugiaos aquí y no temáis; seréis amadas hasta el fin”.

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